miércoles, 26 de mayo de 2010

La técnica como emergencia de la sociedad.

Sigo en esta exposición a Luhmann, La sociedad de la sociedad y Eugenia Ramírez Goicoechea, Evolución,  cultura y complejidad.
http://jmflseixalbo.blogspot.com/2010/03/la-sociedad-como-sistema-complejo.html


Se ha contrapuesto la técnica a la naturaleza.
  • Para los griesgos, la técnica alteraba el orden de la naturaleza.
  • Para el cristianismo, la técnica imitaba las leyes de la naturaleza.
  • En la edad media, la sociedad se empezó a preguntar ¿cómo?
  • Esta apetencia de conocimiento práctico se  manifestó en el Renacimiento por el interés en recuperar los saberes de la antigüedad clásica.
  • A medida que se supo cómo producir un determinado efecto, se introdujeron variaciones y se produjeron fenómenos nuevos.
  • En la modernidad temprana, la técnica se entendía como aplicación del saber natural para fines humanos y como acción paralela a la Creación.
Se ha contrapuesto la técnica a la humanidad.
  • Para la filosofía subjetivista, el romanticismo y la fenomenología, la técnica es un mal necesario.
  • Las Humanidades y las Ciencias Sociales limitan la técnica a una "cosa".
Desde la Teoría de Sistemas, una definición de técnica podría ser simplificación que funciona. 
  • Técnica y naturaleza se mezclan de forma inseparable e impronosticable. Se trata de una acoplamiento firme, incapaz de absorber perturbaciones: el incremento del saber, lleva consigo el incremento del no-saber sobre las consecuencias de las intervenciones técnicas.
    • Por ejemplo, los organismos producidos mediante técnicas genéticas, no se distinguen de los naturales.
    • Leer (nexo entre imprenta y cognición) es un ejemplo de la engañosa distinción técnica / ser humano. 
  • La sociedad recurre a la técnica para asegurar el acoplamiento estructural con el entorno. La sociedad actual presupone la técnica y no tiene más remedio que contar con ella.
La sociedad utiliza masivamente la técnica porque ahorra discusiones. Lo que funciona, funciona. Y en seguida se puede averiguar si el beneficio compensa los gastos. Sean cuales fueren las causas fortuitas de las innovaciones técnicas, la sociedad se desarrolla en la dirección indicada por la técnica. Esta dirección no implica mejoramiento de la técnica, sino que simplemente se imponen las técnicas que la sociedad utiliza. La técnica no domina la sociedad sino que es la sociedad la que se hace dependiente de la técnica para desenvolver la propia dinámica del sistema de la sociedad.


La técnica implica riesgos y en la modernidad tardía en la que vivimos, somos más conscientes de ello que nunca. Los efectos de la técnica son impredecibles. Pero sólo mediante técnicas adicionales parecemos capaces de disminuir esos riesgos. Se producen así conflictos entre quienes deciden y los afectados, los excluidos en las decisiones pero incluidos en las consecuencias. Para éstos se trata de un peligro venido de fuera. Lo que para unos es racional, para otros merece protesta y las posiciones respectivas adquieren rasgos fundamentalistas.


Los desarrollos técnicos han hecho inevitable la sociedad mundial. Todo lleva a pensar que la técnica actual es irreversible, pues es más fácil desarrollar sobre lo actual que cambiar la actual técnica por una técnica sobre diferentes bases. En todo caso, nadie es capaz de vaticinar si la actual técnica es sostenible.




El programa de investigación CTS (y C): Ciencia, Tecnología y Sociedad (y Cultura) ha estudiado la relación entre la técnica y la sociedad.
Bruno Latour (2001) recuerda que todas las relaciones sociales están de alguna u otra manera tecnológicamente mediadas. No puede concebirse la tecnología sin aludir a su fundamento social de producción y uso. Es en la mediación entre los actores y sus objetos, producidos a menudo mediante tecnologías, como se constituye nuestra humanidad. Las tecnologías no son meros conjuntos de herramientas. Tanto éstas como sus resultados, no pueden comprenderse fuera de sus contextos de uso y representación, a menudo culturalmente específicos.  Las formas de aplicación y de uso de las tecnologías y sus herramientas dependen de formas de socialización y objetivación social para su comprensión.
Para   Grint y Woolgar (1977) nuestras actitudes y concepciones sobre la tecnología, las formas en las que la representamos, comunicamos y utilizamos, tienen definitivas consecuencias en las formas en que organizamos el trabajo, las instituciones, el ocio, el aprendizaje.
·         El programa SCOT (Social Construction of Technology), dentro del programa CTS, recoge nuestra relación con la tecnología desde el punto de vista de los tecnólogos. Diversos autores reconocen la importancia de los factores socioculturales y regímenes institucionales a la hora de comprender el desarrollo tecnológico y sus formas objetivadas.
·         Doménech y Tirado (1998) establecen una simetría entre Tecnología y Sociedad pero estos términos no pueden subsumirse uno en el otro. La mutua constitución co-ontogénica entre los humanos y sus producciones no permite interpretarlos como reversibles isomórficamente. Ha de tenerse presente la relativa autonomía a pesar de su mutua constitución. En la simetría mencionada por Doménech y Tirado se difuminarían los contornos entre los humanos y sus máquinas, como Donna Haraway expresa en su concepto de cyborg, como objeto tecnoindustrialpolítico, un organismo cibernético, híbrido de máquina y organismo, realidad social y  ficción.
·         La Bioética pretende investigar los fundamentos éticos e ideológicos de las nuevas tecnologías de investigación y producción avanzando también en su fundamentación social y política y sus mecanismos de legitimación.
·         Las tecnologías que caracterizan nuestras sociedades no son procesos necesarios en el sentido ontológico sino contingentes: las cosas podrían haber sido diferentes pues son fruto de negociaciones. Esto es lo que Bijker cita como flexibilidad artefactual. Las relaciones sociales están incorporadas en los artefactos que nos rodean.

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