domingo, 3 de octubre de 2010

Maternés. Hablar a los bebés.

Center for Infant Studies. Stanford University. Directora: Anne Fernald.

La comunicación vocal con los niños en edad prelingüística ha recibido varios nombres:

  • LAN o lengua adapatada a los niños. En inglés IDS.
  • Maternés. En inglés motherese.
Esta comunicación adaptada exagera los rasgos prosódicos, debido a que los niños manifiestan interés y sensibilidad por los ritmos y melodías aun antes de que sean capaces de entender el sentido de las palabras, de modo que presenta una naturaleza musical: elevaciones de tono, hiperarticulación, repetición... Estas características son universales. Las canciones de cuna son muy parecidas en todas las culturas.

Jayne Standley ha demostrado que las canciones de cuna cantadas con voz femenina mejoran significativamente el desarrollo de capacidades mamarias en prematuros y ayudan a estabilizar sus niveles de saturación de oxígeno.

Caterne E. Snow atribuyó al maternés valores emocionales, sociales y lingüísticos.

Anne Fernald ha identificado cuatro estadios.
  1. Atracción y mantenimiento de la atención del bebé mediante estímulos auditivos.
    • Los sonidos relativamente intensos causan una respuesta de orientación.
    • Los sonidos cuyo tono asciende ligeramente favorecen que el bebé abra los ojos.
    • Los sonidos que finalizan de forma abrupta en un tono ascendente, favorecen que el bebé cierre los ojos.
  2. Modulación de las emociones y motivaciones.
    • Tonos bajos y curvas tonales descendentes para tranquilizar a un niño inquieto.
    • Curvas tonales ascendentes para despertar la atención.
    • Curva tonal en forma de campana para mantener la mirada.
    • Sonidos breves y entrecortados con tonos altos y marcados para reprimir o desalentar.
  3. Comunicación de las emociones y sentimientos del que habla.
  4. Adquisición del lenguaje. Jenny Safran ha demostrado que los bebés son capaces de identificar las regularidades estadísticas en el continuo fónico que oyen. Los niños nacen con oído perfecto o absoluto, es decir, distinguen el tono sin necesidad de punto alguno de referencia. A medida que crecemos, esta facultad se pierde en la mayoría de los casos, y en la edad adulta puede constituir un estorbo. Esta predisposición genética es más frecuente en Asia que en Occidente.
En contra del valor del maternés para la adquisición del lenguaje podemos citar las posiciones de Noam Chomsky o Steven Pinker.

Para Dissanayake, los aspectos musicales de la LAN evolucionaron como respuesta directa a la creciente indefensión de los bebés humanos. El sonido musical permite transmitir el estado emocional y a la vez suscitarlo, por lo que se consigue una concordancia entre las emociones de padres e hijos. Las madres cuya constitución fisiológica y cognitiva las capacitaba mejor para atender a sus hijos, así como los hijos que eran receptivos a estas atenciones, adquirían una ventaja reproductiva.

Dean Falk supone que la práctica de dejar el bebé en el suelo era frecuente en los Homo y este hecho fue esencial para la comunicación pre-lingüística. La proto-LAN se utilizaría como sustituto del contacto físico. Esta LAN prelingüística estaba formada por varias clases de enunciados melódicos y rítmicos, carentes de sentido simbólico pero capaces de suscitar emociones. Con el paso de la evolución, las palabras habrían surgido a partir de estas melodías pre-lingüísticas y habrían acabado por tornarse convencionales.

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