miércoles, 19 de enero de 2011

El juego del ultimátum.

La doctora Ángela Stanton estudia el proceso de toma de decisiones. Ha investigado varios aspectos del juego del ultimátum.
http://angelastanton.com/index.php?q=node/2

En este juego, participan dos jugadores. A uno de ellos se le entrega una cantidad de dinero, pongamos 10€, que ha de repartir con el otro. Cada uno se llevará el dinero así repartido, salvo que el segundo jugador no acepte el reparto, en cuyo caso ambos se quedarán sin nada.

Según la teoría del Homo economicus, el primer jugador ofrecerá 1€, cantidad que maximiza su satisfacción y el segundo jugador lo aceptará, pues siempre será mejor algo que nada.

Este comportamiento no se ha observado en los experimentos realizados. Por el contrario, lo normal es observar un reparto a medias o bastante equitativo. Además, el segundo jugador casi nunca acepta un reparto muy desigual, aunque se quede sin nada.

Los experimentos nos muestran que si el juego se repite alternando las posiciones de los jugadores, tiende a producrise cooperación.

Joseph Henrich ha utilizado este juego en varias culturas. Los experimentos muestran resultados parecidos, y esto se ha interpretado a favor de la existencia de un principio de equidad universal que tiene al menos tanto peso como el comportamiento egoísta.

http://www.philosophy.dept.shef.ac.uk/culture&mind/people/henrichj/

En otra versión del juego, participan tres jugadores. Uno reparte y dos reciben. Si uno de los que recibe acepta la oferta y el otro la rechaza, el primero recoge el dinero y el segundo se queda sin nada. Los experimentos muestran que el que reparte se queda con más dinero que en la primera versión de juego y que los que reciben suelen aceptar repartos desiguales. Estos resultados se interpretan como una satisfacción exclusiva del interés propio en ausencia de castigo.

En una tercera versión del juego, ideada por Ernst Fehr, un jugador reparte, otro recibe y un tercero observa. En una primera fase el distribuidor ofrece al receptor una cantidad que éste ha de aceptar. El observador tiene también dinero que puede invertir en castigar al distribuidor. Por cada euro gastado en el castigo, el distribuidor pierde tres. El observador no tiene nada que ganar con el castigo, de hecho pierde, pero los experimentos revelan  que sus emociones le impulsan al castigo cuando se da un reparto muy desigual. El castigo suele ser proporcional a la injusticia. También se destaca de los experimentos que el distribuidor no suele pensar que el observador le va a castigar.

De todos estos resultados puede deducirse que el castigo resulta necesario para preservar una cooperación estable y que en presencia de castigo no se da el comportamiento egoísta (Homo economicus).

http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Ultimatum_game
http://www.econ.uzh.ch/faculty/fehr/publications/Teilen_und_Helfen_ES.pdf

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