jueves, 6 de octubre de 2011

Homo floresiensis. El último homínido de cerebro pequeño.


Homo floresiensis.


El 28 de octubre de 2004 Thomas Sutikna y Mike Morwood anunciaron el hallazgo de los restos de un homíndo de pequeño tamaño en la cueva de Liang Bua, Isla de Flores, asociados a instrumental lítico sofisticado.
·         LB1: Gran parte del esqueleto de una hembra adulta. Fue datado en 18.000 años.
·         LB2: Un premolar inferior de otro individuo.
La descripción corrió a cargo de Peter Brown quien atribuyó los restos a una nueva especie: Homo floresiensis. Vulgarmente, se le conoce como Hobbit (del Señor de los Anillos).
Este descubrimiento planteó una paradoja: Con un cerebro de tamaño parecido al de un chimpancé, la nueva especie mostraba indicios de inteligencia avanzada como por ejemplo la caza con armas de piedra, despedazar cadáveres o controlar el fuego.
Una primera hipótesis explicativa recurrió al enanismo insular, fenómeno evolutivo observado en las islas en muchas ocasiones consistente en una gran reducción de tamaño, como forma de sobrevivir en un entorno pobre.
Las primeras interpretaciones del hallazgo fueron las siguientes:
·         Para Peter Brown y colegas, floresiensis fue un descendiente de erectus, en una línea evolutiva afectada por el enanismo insular.
·         Para Teuku Jacob y Robert Martin, LB1 se trataba de un sapiens que padeció microcefalia. Ralf Holloway (2011) opina lo mismo en base a un análisis de tomografía computerizada.
En octubre de 2005 Morwood et al., hallaron nuevos restos.
·         LB3: un cúbito.
·         LB4: radio y tibia de un niño.
·         LB5: vértebra y metacarpo de un adulto.
·         LB6: algunos huesos de la mano, omóplato y mandíbula. Esta mandíbula es muy similar a la de LB1.
·         LB7: hueso del pulgar.
·         LB8; tibia.
·         LB9: fémur.
Fueron datados entre 12.000 y 95.000 años. Los nuevos restos descartaban que el tamaño de floresiensis se debiese a una patología; además, sus caracterísiticas estaban alejadas de la línea del erectus y el sapiens, Morwood y Debbie Argue propusieron que floresiensis podría descencer de una especie más antigua, un australopitecino o quizá habilis, que migró de África antes que los ancestros del erectus hiciesen lo mismo (2,5 Ma).
Adam Brumm y Aziz estudiaron las herramientas líticas asociadas aparentemente con estos hallazgos y las encontraron similares a otras encontradas en la Isla de Flores y datadas en 0,8 Ma.

Floresiensis se define por:
1.     Estatura inferior a 1 m.
2.     Muy pequeña capacidad craneal (380 cc). Bóveda craneana más gruesa que en Australopitecus y similar a H. erectus y H. sapiens. La bóveda craneana es baja y angosta en comparación con la del hombre actual y aun en comparación con la de erectus. La flexión basicraneal que es un rasgo determinante en la hominización, es de 130°, intermedia entre erectus (141°) y el hombre actual (127°). Su estatura total y su volumen craneano ofrecen valores que están por fuera del rango de variación de los homínidos modernos. Coincidentemente, el grado de encefalización –expresado como cociente entre el volumen endocraneano y la longitud femoral (gran indicadora, esta última, de la talla total)– arroja para floresiensis un valor (5,9) menor al de erectus (6,9) y aún menor al de afarensis (6,1), mientras que en los homínidos actuales dicho valor gira en torno a 7,5. Para Dean Falk, los rasgos cerebrales preservados en su cráneo sugieren que el homínido de Flores podría ser capaz de realizar tareas cognitivas avanzadas.
a.     El cerebro del Homo floriensis posee lóbulos temporales bastante amplios, regiones del cerebro asociadas con la comprensión del habla y el oído. Aún más sorprendente es el hecho de que posee lóbulos frontales del cerebro que tienen circunvoluciones con muchos pliegues, áreas del cerebro directamente debajo de la frente que están implicados en un reconocimiento superior. La región más circunvolucionada es la parte que se proyecta más allá del lóbulo frontal, llamada el polo frontal. Falk identifica esta región como área 10 de Brodmann, la cual está expandida en humanos modernos y está relacionada con la toma de iniciativas e ideación de planes de acciones futuras que son componentes clave de la cognición elevada. Esta área alargada sugiere que Homo floresiensis pudo confeccionar las herramientas de piedra que se encontraron cerca de ellos, las cuales son más típicas de humanos prehistóricos modernos que de antiguos homínidos como erectus.
3.     Arcos superciliares de tamaño moderado.
4.     Mandíbulas salientes. La sínfisis mandibular no se resuelve en un verdadero mentón como en sapiens, sino que presenta inclinación en sentido póstero-inferior del eje sinfisario, como en los australopitecinos o el habilis.
5.     Sin las especializaciones masticatorias ya presentes en Australopithecus y Paranthropus. Muelas relativamente grandes.
6.     Prognatismo facial. Frente huidiza.
7.     Tiene arcos supraorbitarios marcados, aunque no llega a formar el clásico torus.
8.     Meatus auditivo externo pequeño y redondeado, algo alargado verticalmente, con margen timpánico muy fino, que recuerda a los australopitecinos.
9.     Bajos ángulos glenoideo y axilo espinal del omóplato. Recuerda a Turkana boy (ergaster) y australopitecinos.
10.  Bajo ángulo de torsión del húmero.
11.  Clavícula corta.
12.  Muñeca primitiva, que recuerda la de los australopitecinos o la de habilis.
a.     Trapezoide acunado.
b.    El lado cubitar de la articulación del segundo metacarpo orientado sagitalmente
c.     La articulación del escafoide algo triangular
d.    Falta el área de expansión palmar carcterística del último Homo y del Pleistoceno Medio, que permite la pinza de precisión.
e.     Escafoide y capitate plesiomórficos.
13.  Piernas cortas, como las de los australopitecinos.

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